“Te pido - por amor a lo que no fue - que no olvides mis detalles y manías, que me tengas presente día a día y permitas que te acompañe en cada movimiento del miocardio, en cada suspirar de tu alma. Te pido no me entierres y permitas que me aferre a tu recuerdo, como un dolor sordo, como algo sin sentido, intangible, cálido e incoherente. Te pido, por favor, que no me dejes siendo un ser de emociones inertes.”
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